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  • Foto del escritorEscénicas Fsoc

Festival Santiago a Mil. GUILTY LANDSCAPES. Por Fer Blanco.


Una puerta blanca hace de invitación. Está dura, cuesta entrar, pero hay que abrirla, hay que entrar.


Del otro lado una proyección. Una fábrica textil. Telas en el piso, máquinas que no paran de trabajar, y ellas, mujeres que se mueven al ritmo automático de las máquinas. Sin parar. Una de ellas entra en escena de forma protagónica y yo me siento para “ver el video” y al instante ella se sienta también. ¿Será casualidad?, pienso, y me cruzo las piernas para comprobarlo. Ella me imita. Yo me muevo y ella se mueve a la par. Nos convertimos en espejos y decido que cuando ella sea la primera en moverse, yo la voy acompañar. Ella de un lado de la pantalla, proyectada, y yo ahí de cuerpo presente, ella virtual, yo presencial, las dos juntas, como espejos. Me pide que me acerque, y le hago caso. No la voy a dejar sola. Nos acostamos en el piso y nos miramos. Yo como espectadora y turista desde mi lugar privilegiado. Ella por debajo de una máquina, en su ambiente precarizado e injusto. Pero por un ratito estamos juntas, nos miramos, ella me pide que la acompañe y yo no la voy a dejar sola. Nos quedamos un ratito así, como espejos de una realidad muy distinta, como si fuéramos la versión contemporánea de Lejana, el cuento de Cortázar, que es mi cuento preferido, y me dan ganas de llorar, porque en algún lugar está ella, mi yo lejana, que sufre.


“La frustración de no poder hacer nada respecto de lo que muestran las imágenes se podría interpretar como una acusación sobre lo indecente que es contemplarlas (...) Las imágenes han sido criticadas como una forma de observar el sufrimiento desde la distancia, como si hubiera otra manera de mirarlo. Sin embargo, mirar de cerca - sin la mediación de una imagen - sigue siendo solo mirar”, dice un texto que me dan a la salida, un fragmento de Ante el dolor de los demàs, de Susan Sontag.


¿Qué pasaría si los protagonistas de las noticias internacionales nos miraran a los ojos y pudiéramos interactuar con ellos? Guilty Landscapes, de Studio Dries Verhoeven, es una instalación oriunda de Países Bajos, que nos propone el audiovisual para cuestionarnos si existe una posible conexión personal entre le espectadorx y lxs protagonistas de las crudas realidades que vamos conociendo día a día.


¿Cuál es entonces el poder de las imágenes? Tal como lo indica el nombre, lo veo y siento culpa de mi lugar privilegiado, de no poder hacer nada, de ver desde la distancia. Pero veo, y no salgo ilesa de esas imágenes. Veo y aunque ella, la lejana, la que sufre y me mira a los ojos sea una proyección y esté detrás de la pantalla, yo estoy ahí con ella, y estamos juntas en una convivencia virtual y presencial, real, con mediatización incluida. Me recuerda también a las instalaciones de Alfredo Jaar y su preocupación por interpelar a través de las imágenes, de que las desgracias ajenas no sean simples titulares en los diarios, números dentro de una catástrofe e historias a la distancia. En esta instalación, nos toca poner el cuerpo para poder mirar a los ojos a quien está del otro lado.


Concepto: Dries Verhoeven | Producción: Studio Dries Verhoeven | Registro en video: Thorsten Alofs and Christopher Hewitt.


Centro Cultural Gabriela Mistral



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