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Festival Internacional de Teatro Nevadas Escénicas. Edición 12. Por Mónica Berman.

  • Foto del escritor: Escénicas Fsoc
    Escénicas Fsoc
  • 23 oct
  • 9 Min. de lectura
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Del 6 al 12 de octubre tuvo lugar en Bariloche, el Festival Internacional de Teatro Nevadas Escénicas, en su edición número doce.

Hubo tanto producción artística local como artistas de otras provincias y países.

Se propusieron espacios de formación como el Taller / clínica de actuación con Pompeyo Audivert, bajo el nombre “Volver a casa (Teatro de la fuerza ausente)” en la Universidad Nacional de Río Negro y el Taller de entrenamiento de bufón con Julieta Daga.

También hubo asistencia a espectáculos seleccionados por parte de jóvenes, adolescentes y niños, un aporte fundamental para pensar la espectación a largo plazo.

Otro de los rasgos del festival fue el hacer base en diferentes lugares de presentación para las puestas:  Teatro Público de Bariloche – asociación Teatrantes- Usina del Centro Cívico, Escuela Municipal de Arte La llave, el Moma, El centro Cultural El Negro, El Centro Cultural el Brote.


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Foto Vale Andrada


Decido empezar por lo último porque efectivamente tuvo lugar en los últimos días del festival: viernes, sábado y domingo a la mañana se armaron los Refugios, en la Cooperativa de Electricidad de Bariloche, con una vista soñada, se fueron haciendo presentes las personas especialmente invitadas para la compartida.

Los refugios, en los que se puso sobre la mesa hasta la propia denominación, fueron espacios de encuentro.

Hubo tres Refugios con sus ejes diferenciados, pero los voy a mezclar en los renglones que siguen porque de alguna manera constituyen unidad. La síntesis es apretada y no da cuenta, por supuesto, de todo lo que se dialogó.

Los hacedores de Bariloche le pusieron nombre propio e historia a sus producciones (desde máscaras, impro de dirección, danza nacida en la calle, teatro ciego vernáculo y las mil y una formas de teatro) fue una puesta en común de la potente escena actual y de las referencias a los locales, un panorama de lo que sucede en la ciudad.

Escuchamos a quienes nos hablaron de educación por el arte de manera permanente, para adultos con discapacidad. Nos dicen que el cuerpo con discapacidad puede devenir un territorio inválido,  que nadie quiere habitar. 

Nos conmueven con algunos acontecimientos sucedidos en el Centro Cultural El Negro, un sitio de búsqueda de cultura accesible.

La fábrica de futuro de la fundación San José Obrero  no tenía previsto el arte en sus planes pero que se deslizó como un entramado en los barrios populares como un vínculo entre el arte y el trabajo.

La Escuela de arte La Llave se presentó en clave de derechos, inclusión, una escuela municipal no formal que busca llevar a cabo otras formaciones para infancias y adolescencias, con trabajo en red y en el territorio; educación artística, acceso a la cultura, políticas públicas para el arte, la educación y el territorio.

 Teatrantes nos cuenta que hoy están abocados a la “tarea” de construir una sala, Teatro Público en construcción y nos revelan sus esfuerzos y dificultades.

Una actriz mapuche, Soraya Maicoño que recopila canto ancestral nos dice que lo que no se nombra con existe y que el teatro que hace tiene sus propios ritmos y sus propios signos, los modos particulares de conectar con el territorio; hay un humor y una tragedia propia que se pueden contar.

También hubo rondas de vinculación, con  el MICA presente, referentes de festivales de Patagonia (desde aquellos de lugares con pocos habitantes, a los que crecen de manera inimaginada, a los que quieren permanecer de tamaño tal que pueda cobijar a los que son parte, los que llevan muchísimos años de existencia, los que tienen kilómetros de camino de ripio para llegar). Con convocatorias o sin ellas, con un público anónimo o con el nombre conocido de los espectadores que se acercan. Pensar lo escénico desde distintos puntos de vista, pensar los encuentros desde focalizaciones diversas. El sur presenta soluciones, diversidades, respuestas de lo más variadas para cada lugar, para cada sueño, para cada colectivo. 

El cruce es maravilloso, las experiencias lo son. También tenemos presencias de otros sitios: Córdoba, Bahia Blanca, Tucumán, Puerto Montt, también hay representación porteña.

El último refugio implica preguntas desde donde partimos y un afiche con marcadores para dejar plasmadas una serie de ideas. Contar y contarse. Seguro hay algún rincón que desconocemos. Y luego hacerlo palabra y distribuirla. Los refugios fueron una idea hermosa. Porque dialogar siempre es una invitación a ser un colectivo.


Las propuestas de obras fueron diversas. Y la diversidad se expresó en género, en lenguajes, en franjas etarias y en lugares de procedencia.

Lamentablemente no pude ver todo lo que se propuso en el festival, así que va una síntesis de lo que disfruté en el festival.

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Foto Melisa Szechet

Feliz día. Grupo Sutottos. Lo que hacen los Sutottos es difícil de caracterizar. Parece sencillo, funciona, interpela a amplios grupos de espectadores. Bajo todas estas características en ocasiones se elude el análisis de cómo construyen sus propuestas. Probablemente la hipérbole sea el procedimiento central sobre el que se construye toda la estructura: los personajes están visiblemente articulados ya desde la relación de su aspecto en tanto signo con un toque de exacerbación: la peluca, la camisa y el pantalón invertidos casi en color (lo que demuestra que es la totalidad la que articula el sistema, el conjunto que arman los dos).

Y eso es con todo: con lo que tematizan, con sus desplazamientos en el escenario, con el léxico… que siempre surge de cuestiones cotidianas y se las arreglan para que pasen del grado cero al infinito sin solución de continuidad.

Lo absurdo, la parodia de algunos discursos que circulan vinculados a “ser feliz”, a las relaciones familiares, pero también a lo que habilitan o no los lenguajes (como prever/interrumpir el funcionamiento de una carta). Reírse, pensar y tener una mirada crítica respecto de la sociedad en la que vivimos no suele conjugarse de manera frecuente.


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Foto Melisa Szechet


4200 Km Teatro de lo Inestable.

Y la imposibilidad de trazar la frontera entre lo real (¿qué es lo real? ¿las ballenas que trasladan a los muertos no son reales? ¿en qué cultura? ¿en la mía que escribo? Pero la mía es una entre cuántas otras que desconozco. ¿Cuántas cosas de mi cultura resultan irreales para otras comunidades?) y, supongamos, su borde, el borde de lo real.

(...)

¿A dónde van a llevarnos los barquitos de papel? ¿hasta dónde pueden navegar?

Los signos se multiplican -como la cantidad de kilómetros- para albergar historias dentro de las historias hasta no distinguir una de otra, porque, al fin y al cabo, la tensión entre lo singular y lo colectivo es difícil de desentrañar.


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Foto Melisa Szechet


Siempre estoy volviendo. Actúa: Ana Loto. Dirección: Maite Aranzabal

 Imagínate que una clown vuelve a su casa. Y ves la casa, una material, de cartón en donde definitivamente no entra. Inmediatamente se comprende que habla y no habla de algo a la vez. Que te va a hacer reír y conmover en simultáneo, que te va a ser pensar, y volver a reír. Tematiza lo que significa una casa, un hogar, un volver… su carisma es increíble. Imposible dejar de mirarla. Con sentidos articulados en capas. Cada uno lee de acuerdo con su experiencia escénica y de vida.


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Foto Melisa Szechet

Seré Dramaturgia y dirección: Lautaro Delgado Tymruk y Sofía Brito. Debo empezar diciendo que ya perdí la cuenta de las veces que vivencié esta obra en distintos lugares. Todas y cada una de las veces la viví como si fuera la primera vez. La potencia de lo que cuenta pero también de cómo lo cuenta hace de Seré una experiencia única e inolvidable. Aquí la crítica de una de las primeras veces que la vi.


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Foto Melisa Szechet

La vida secreta de los pañales Andi Rubinstein

Presenta una propuesta que oscila entre las situaciones más reales y las fantasías más delirantes de una madre ante su infante, desde los objetos cotidianos como la cuerda de la ropa, o los tachos para guardarla, la tabla de planchar o el lavarropa todo se transforma en una imprevisible acción o sueño o deseo o miedo. Los modos diversos en los que la maternidad se hace preguntas y juega con respuestas delirantes en la vida ¿cotidiana?


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Foto Melisa Szechet

Lucinda Soraya Maicoño. Dirige: Dario Levin.

Una actriz sola pero una multiplicidad de personajes:  la abuela Elisa, amiga de Lucinda y sus dos nietos: el hermano menor y la hermana. Los personajes asumirán el relato, en orden sucesivo, irán aportando información y poesía en simultáneo. Porque relatan lo que acontece, pero las palabras surgen “como si el tiempo sobrara”.


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Foto Melisa Szechet

Frutos rojos Con Marca Andina. Entrás en una sala que no parece preparada para la función, cortinas abiertas, la luz se filtra por todos lados, todo a la vista, incluso un par que equipos sobre el escenario ¿ese es su lugar o lo pusieron ahí de manera provisoria? El público se acomoda, pero quienes estamos habituados al teatro vemos que algo no está  bien.

Una intérprete se asoma con actitud amable y nos dice algo en relación con el teatro independiente: que hay tantas, pero tantas cosas para hacer que la dramaturgia es lo último a lo que se llega. La obra en Frutos rojos es el armado, la valija, la elección de vestuario, el cambiarse a medias, el devenir personaje delante de los espectadores acomodados luego de haber cerrado cortinas y demases. Hay micro relatos, interacción con quien ilumina (retos incluidos) y sobre todo un delicioso juego meta que observa de manera crítica el funcionamiento de un tipo de teatro (que amamos igual). Para reírse y para reflexionar. Seguramente los que cayeron casualmente al teatro se quedaron un poquito afuera en lo tematizado -pero dentro de las redes mágicas de la actuación de Virginia Bernasconi.


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Foto Melisa Szechet


Reversible Dramaturgia, actuación: Mercedes Torre. Dirección: Juan Andrés Romanazzi.

Ya había escrito sobre esta bella obra pero quiero sumar lo que pasó con la función(y el público) del Nevadas. El Centro Cultural el Negro le vino de maravillas y no es solo una cuestión de espacio físico sino del otro, del simbólico que hizo que esta propuesta se resignificara para convertirse en el acontecimiento irreversible que fue.

 Reversible: ¿Y si se pudiera ir en busca de los seres queridos que partieron? - LA NACION https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/teatro/reversible-y-si-se-pudiera-ir-en-busca-de-los-seres-queridos-que-partieron-nid18062024/


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Las soñadoras, otra historia de la ciencia. Compañía LA ESCALERA de Puerto Madryn

 Las soñadoras una obra que parafraseando su título es el sueño de unaa serie de mujeres de diferentes épocas que se atrevieron a “soñar despiertas” a vivir una realidad que parecía prohibida e imposible.Y a despertarse, en más de una ocasión, con el castigo de su comunidad y de su tiempo. No sabemos muy bien dónde estamos, ni quién es esta mujer que encarna a tantas otras mujeres y pone sus vidas en escena. Los años se cruzan y se confunden. Lo fechado y lo infinito. Con recursos escénicos muy diversos para contar todas y cada una de las historias.


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Foto Melisa Szechet

El pan o la vida , reescritura trágica en clave de farsa.

Una puesta de un histórico grupo de teatro social El Brote, de Bariloche, representa a través de la crítica (y con ciertos rasgos paródicos) nuestra coyuntura. Un ladrón le pide a una mujer el pan que lleva y ella le dice “Lo estoy pensando” (frase que da título a la obra) señala de manera hiperbólica el valor del pan (sí, simbólico, también). Una bolsa que cuelga con pancitos que no se pueden alcanzar, personajes que representan al poder y a la consiguiente arbitrariedad. Algo de la estética de la protesta, conviviendo con la ternura. El final es una compartida con un delicioso pancito y mates para dialogar sobre lo vivido.


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Foto Melisa Szechet

Habitación Macbeth de Pompeyo Audivert ha tenido muchos y muchas que lo han escrito y con toda justicia, un excelente trabajo de Pompeyo que articula una clase de actuación magistral, con una sala repleta de espectadores (por suerte). Volver a disfrutar de un trabajo que da orgullo vernáculo siempre es un placer.


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Foto Vale Andrada

Toda la noche galoparé así.  Guillermo Katz. Ana Teitelbaum

Devenir bailarín, nos proponen. Y somos testigos de ese devenir, y de sus consecuencias directas, materiales, concretas: el cansancio, la respiración agitada, la transpiración. “Estamos hechos de ensayos” nos advierten ¿cómo no estar de acuerdo? Renunciar (casi) a la palabra pero no renunciar a los discursos. Porque también estamos hechos de discursos que se ensayan una y otra vez.


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Foto Melisa Szechet

Cerdiña, la niña y el jabalí. Dramaturgia y actuación: Mariana Calcumil y Garza Bima. Dirección: Maru Fernández.. ¿Qué sucede cuando dos mundos que parecen ajenos, distantes y mutuamente peligrosos se encuentran? Sin buscarlo, simplemente se cruzan. Y a pesar de los miedos de vinculan. El cruce de mundos está representado por un cruce de lenguajes, no es necesario decirlo, simplemente se percibe cómo se entraman y viven en armonía una serie de lenguajes escénicos para proponer una historia para todas las personas de mucha belleza y enorme ternura.

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Foto Melisa Szechet

Claudio Inferno y su torre de botellas. De y por Claudio Inferno. En ocasiones resulta difícil poner en palabras aquello que está hecho para ser visto y vivido como testigos de un riesgo; los materiales,  el equilibro, la transformación del objeto cotidiano en elemento de circo, lo funcional olvida su función para mutar en espectáculo. Y la compañía de la palabra con un humor tan delirante como es la idea de sostenerse sobre una superficie que parece increíble como sostén y, sin embargo, no caerse.


Yo cierro por acá me fui antes de que el festival terminara y me quedaron dos obras pendientes: Bufón y El asado de Platón, sin duda habrá oportunidad.


El Nevadas terminó con sus salas llenas, con sonrisas diseminadas, con el paisaje más bello que podemos soñar: el de los colectivos que se juntan para hacer, para pensar, para compartir artes escénicas y muchísimo más.

La directora Virginia Fdel con su empuje imparable sostuvo este festival contra todas las tormentas con un equipo de lujo, de esos que hacen que lo soñado sea posible.


 
 
 

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